Del
aeropuerto de Chachoán despegan naves inteligentes

El prototipo Fénix. La
aeronave tiene 5,5 metros de envergadura. Puede alcanzar 15 000 pies de altura
y 140 kilómetros por hora. Ampliar El prototipo Fénix. La aeronave tiene 5,5
metros de envergadura. Puede alcanzar 15 000 pies de altura y 140 kilómetros
por hora. Tiempo de lectura: 5' 21'' No. de palabras: 878 Ana María Valencia.
Redactora. Domingo 26/08/2012 Cuando la alarma suena en el aeropuerto Chachoán,
en Ambato, el UAV-0 del Centro de Investigación y Desarrollo de la Fuerza Aérea
Ecuatoriana (Cidfae) está listo para despegar y cumplir una misión de 20
minutos en el aire. Los UAV (por ‘Unmanned Aerial Vehicle’) son vehículos
aéreos no tripulados que operan a través de pilotos automáticos, y el Cidfae
ensaya vuelos de aviones diseñados y construidos en el país. El objetivo es
brindar una herramienta de comunicación que monitoree desastres naturales. En
una pista de 1 800 metros, el capitán Víctor Enríquez supervisa la misión del
UAV-0: elevarse hasta los 300 metros y pasar a control automático. El capitán
explica que este prototipo, de 4, 40 metros, de envergadura está en camino de
conseguir el despegue, el vuelo y el aterrizaje autónomo. Hasta el momento,
solo su navegación -que puede llegar hasta una hora- es automática. En la
pista, el ingeniero en electrónica Uwe Nickelsen se desempeña como piloto de
plataforma para controlar el movimiento del UAV-0 en el aire. “La tarea de un
piloto de plataforma es despegar seguro y prevenir a la aeronave de cualquier
peligro en el suelo”. El coronel Édgar Jaramillo, director del Cidfae, dice que
a la aeronave también se la controla a través del ‘shelter’, una estación móvil
con tres consolas. En una de ellas está el sistema de guiado, navegación y
control, que supervisa la proyección del vuelo. Según Jaramillo, este monitoreo
permite asegurar la supervivencia de la nave y el cumplimiento de la misión en
el aire. En otra consola se puede visualizar la carga útil del avión; es decir,
su equipamiento. El capitán Enríquez dice que la idea es que el Cidfae tenga
disponibles prototipos de aviones para servicio nacional: los ingenieros
proporcionan la plataforma y el cliente es quien designa la carga. Por ejemplo,
se podría utilizar a la aeronave para transmitir imágenes en tiempo real de las
condiciones del volcán Tungurahua. En el ‘shelter’ también se encuentra un
sistema de apuntamiento de antena que sigue a la aeronave para que siempre se
mantenga enlazada. Cuando el UAV-0 cumple su misión, el UAV Fénix se prepara. El
capitán Enríquez dice que este prototipo nació por la necesidad de una aeronave
más grande y con un peso de levante superior. El UAV-0 pesa 15 kilogramos y el
Fénix, 25 kg. El coronel Jaramillo añade que esta aeronave fue el primer avión
no tripulado de América Latina y después de su primer vuelo, en 1998, se cambió
su aerodinamismo y se incrementó un nuevo concepto aeronáutico. Ahora el Fénix,
con 5,5 metros de envergadura, tiene mayor estabilidad para aterrizar en pistas
cortas, ya que tiene generadores de vórtice, como los de los Airbus. Después de
20 minutos de vuelo, el Fénix aterrizó. Jaramillo comenta que su torcedura en
el ala le permite aterrizar con menor velocidad en pistas cortas. Su velocidad
máxima alcanza los 140 kilómetros por hora y puede volar hasta los 15 000 pies.
Al igual que el UAV-0 su autonomía de dos horas solo se logra en la navegación.
Cuando las dos aeronaves finalizan su misión, la torre central del aeropuerto
de Chachoán comunica a escala nacional que la zona de Izamba está despejada.
Los militares se retiran de la pista y siguen con su trabajo en el taller. El
subteniente Miguel Baca es ingeniero aeronáutico y lidera la construcción del
prototipo Halcón, que tendrá 11 metros de envergadura y un peso de levante de
50 kilogramos. Se espera que esta aeronave pueda volar 10 horas de forma
autónoma y que alcance los 18 000 pies. Al igual que los otros dos prototipos,
el Halcón será de fibra de carbono y estará listo en febrero del 2013.
Del aeropuerto de
Chachoán despegan naves inteligentes
El prototipo Fénix. La aeronave tiene 5,5 metros de envergadura. Puede
alcanzar 15 000 pies de altura y 140 kilómetros por hora.
Ampliar
El prototipo Fénix. La aeronave tiene 5,5 metros de envergadura. Puede
alcanzar 15 000 pies de altura y 140 kilómetros por hora.
Tiempo de lectura: 5' 21'' No. de palabras: 878
Ana María Valencia. Redactora. Domingo 26/08/2012
Cuando la alarma suena en el aeropuerto Chachoán, en Ambato, el UAV-0
del Centro de Investigación y Desarrollo de la Fuerza Aérea Ecuatoriana
(Cidfae) está listo para despegar y cumplir una misión de 20 minutos en
el aire.
Los UAV (por ‘Unmanned Aerial Vehicle’) son vehículos aéreos no
tripulados que operan a través de pilotos automáticos, y el Cidfae
ensaya vuelos de aviones diseñados y construidos en el país. El objetivo
es brindar una herramienta de comunicación que monitoree desastres
naturales.
En una pista de 1 800 metros, el capitán Víctor Enríquez supervisa la
misión del UAV-0: elevarse hasta los 300 metros y pasar a control
automático. El capitán explica que este prototipo, de 4, 40 metros, de
envergadura está en camino de conseguir el despegue, el vuelo y el
aterrizaje autónomo. Hasta el momento, solo su navegación -que puede
llegar hasta una hora- es automática.
En la pista, el ingeniero en electrónica Uwe Nickelsen se desempeña como
piloto de plataforma para controlar el movimiento del UAV-0 en el aire.
“La tarea de un piloto de plataforma es despegar seguro y prevenir a la
aeronave de cualquier peligro en el suelo”.
El coronel Édgar Jaramillo, director del Cidfae, dice que a la aeronave
también se la controla a través del ‘shelter’, una estación móvil con
tres consolas. En una de ellas está el sistema de guiado, navegación y
control, que supervisa la proyección del vuelo.
Según Jaramillo, este monitoreo permite asegurar la supervivencia de la
nave y el cumplimiento de la misión en el aire.
En otra consola se puede visualizar la carga útil del avión; es decir,
su equipamiento.
El capitán Enríquez dice que la idea es que el Cidfae tenga disponibles
prototipos de aviones para servicio nacional: los ingenieros
proporcionan la plataforma y el cliente es quien designa la carga.
Por ejemplo, se podría utilizar a la aeronave para transmitir imágenes
en tiempo real de las condiciones del volcán Tungurahua.
En el ‘shelter’ también se encuentra un sistema de apuntamiento de
antena que sigue a la aeronave para que siempre se mantenga enlazada.
Cuando el UAV-0 cumple su misión, el UAV Fénix se prepara. El capitán
Enríquez dice que este prototipo nació por la necesidad de una aeronave
más grande y con un peso de levante superior. El UAV-0 pesa 15
kilogramos y el Fénix, 25 kg.
El coronel Jaramillo añade que esta aeronave fue el primer avión no
tripulado de América Latina y después de su primer vuelo, en 1998, se
cambió su aerodinamismo y se incrementó un nuevo concepto aeronáutico.
Ahora el Fénix, con 5,5 metros de envergadura, tiene mayor estabilidad
para aterrizar en pistas cortas, ya que tiene generadores de vórtice,
como los de los Airbus.
Después de 20 minutos de vuelo, el Fénix aterrizó. Jaramillo comenta que
su torcedura en el ala le permite aterrizar con menor velocidad en
pistas cortas. Su velocidad máxima alcanza los 140 kilómetros por hora y
puede volar hasta los 15 000 pies. Al igual que el UAV-0 su autonomía
de dos horas solo se logra en la navegación.
Cuando las dos aeronaves finalizan su misión, la torre central del
aeropuerto de Chachoán comunica a escala nacional que la zona de Izamba
está despejada. Los militares se retiran de la pista y siguen con su
trabajo en el taller.
El subteniente Miguel Baca es ingeniero aeronáutico y lidera la
construcción del prototipo Halcón, que tendrá 11 metros de envergadura y
un peso de levante de 50 kilogramos. Se espera que esta aeronave pueda
volar 10 horas de forma autónoma y que alcance los 18 000 pies. Al igual
que los otros dos prototipos, el Halcón será de fibra de carbono y
estará listo en febrero del 2013.
Este contenido ha sido publicado originalmente por Diario EL COMERCIO en la siguiente dirección: http://www.elcomercio.com/tecnologia/aeropuerto-Chachoan-despegan-naves-inteligentes_0_761923878.html.
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Del aeropuerto de
Chachoán despegan naves inteligentes
El prototipo Fénix. La aeronave tiene 5,5 metros de envergadura. Puede
alcanzar 15 000 pies de altura y 140 kilómetros por hora.
Ampliar
El prototipo Fénix. La aeronave tiene 5,5 metros de envergadura. Puede
alcanzar 15 000 pies de altura y 140 kilómetros por hora.
Tiempo de lectura: 5' 21'' No. de palabras: 878
Ana María Valencia. Redactora. Domingo 26/08/2012
Cuando la alarma suena en el aeropuerto Chachoán, en Ambato, el UAV-0
del Centro de Investigación y Desarrollo de la Fuerza Aérea Ecuatoriana
(Cidfae) está listo para despegar y cumplir una misión de 20 minutos en
el aire.
Los UAV (por ‘Unmanned Aerial Vehicle’) son vehículos aéreos no
tripulados que operan a través de pilotos automáticos, y el Cidfae
ensaya vuelos de aviones diseñados y construidos en el país. El objetivo
es brindar una herramienta de comunicación que monitoree desastres
naturales.
En una pista de 1 800 metros, el capitán Víctor Enríquez supervisa la
misión del UAV-0: elevarse hasta los 300 metros y pasar a control
automático. El capitán explica que este prototipo, de 4, 40 metros, de
envergadura está en camino de conseguir el despegue, el vuelo y el
aterrizaje autónomo. Hasta el momento, solo su navegación -que puede
llegar hasta una hora- es automática.
En la pista, el ingeniero en electrónica Uwe Nickelsen se desempeña como
piloto de plataforma para controlar el movimiento del UAV-0 en el aire.
“La tarea de un piloto de plataforma es despegar seguro y prevenir a la
aeronave de cualquier peligro en el suelo”.
El coronel Édgar Jaramillo, director del Cidfae, dice que a la aeronave
también se la controla a través del ‘shelter’, una estación móvil con
tres consolas. En una de ellas está el sistema de guiado, navegación y
control, que supervisa la proyección del vuelo.
Según Jaramillo, este monitoreo permite asegurar la supervivencia de la
nave y el cumplimiento de la misión en el aire.
En otra consola se puede visualizar la carga útil del avión; es decir,
su equipamiento.
El capitán Enríquez dice que la idea es que el Cidfae tenga disponibles
prototipos de aviones para servicio nacional: los ingenieros
proporcionan la plataforma y el cliente es quien designa la carga.
Por ejemplo, se podría utilizar a la aeronave para transmitir imágenes
en tiempo real de las condiciones del volcán Tungurahua.
En el ‘shelter’ también se encuentra un sistema de apuntamiento de
antena que sigue a la aeronave para que siempre se mantenga enlazada.
Cuando el UAV-0 cumple su misión, el UAV Fénix se prepara. El capitán
Enríquez dice que este prototipo nació por la necesidad de una aeronave
más grande y con un peso de levante superior. El UAV-0 pesa 15
kilogramos y el Fénix, 25 kg.
El coronel Jaramillo añade que esta aeronave fue el primer avión no
tripulado de América Latina y después de su primer vuelo, en 1998, se
cambió su aerodinamismo y se incrementó un nuevo concepto aeronáutico.
Ahora el Fénix, con 5,5 metros de envergadura, tiene mayor estabilidad
para aterrizar en pistas cortas, ya que tiene generadores de vórtice,
como los de los Airbus.
Después de 20 minutos de vuelo, el Fénix aterrizó. Jaramillo comenta que
su torcedura en el ala le permite aterrizar con menor velocidad en
pistas cortas. Su velocidad máxima alcanza los 140 kilómetros por hora y
puede volar hasta los 15 000 pies. Al igual que el UAV-0 su autonomía
de dos horas solo se logra en la navegación.
Cuando las dos aeronaves finalizan su misión, la torre central del
aeropuerto de Chachoán comunica a escala nacional que la zona de Izamba
está despejada. Los militares se retiran de la pista y siguen con su
trabajo en el taller.
El subteniente Miguel Baca es ingeniero aeronáutico y lidera la
construcción del prototipo Halcón, que tendrá 11 metros de envergadura y
un peso de levante de 50 kilogramos. Se espera que esta aeronave pueda
volar 10 horas de forma autónoma y que alcance los 18 000 pies. Al igual
que los otros dos prototipos, el Halcón será de fibra de carbono y
estará listo en febrero del 2013.
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